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Conocé al Dr. Hugo Eduardo Bazan

30/11 | Todas las sedes

El Dr. Hugo Eduardo Bazan es graduado de la carrera de medicina (2001), se desempeña como Director de Epidemiologia en el Ministerio de Salud de Prov. de La Rioja, Argentina. Se especializó en Medicina Familiar y en Epidemiología de campo, también se dedica a la docencia en la Facultad, y da capacitaciones destinadas a agentes sanitarios.

  • ¿Podría contarnos cómo fue su desarrollo profesional desde que se graduó? Le pedimos destaque los hitos o experiencias significativas en su formación. 

Me graduó en marzo de 2001, en un momento de crisis económica muy compleja, y en mayo rendimos el examen de residencia de Medicina familiar, donde en plena crisis era muy importante poder cubrir vacantes de salud. Terminé mi residencia en 2004, empecé a trabajar en Atención primaria de la salud, y me ofrecen trabajar en Chilecito coordinando Atención primaria.
Previamente, cuando hacía mi residencia, nos dan la posibilidad de hacer rotaciones en otros lugares, y allí elijo rotar en el Hospital Italiano en Buenos Aires, estando allá conozco el programa de Epidemiologia de campo, pero no pude inscribirme en ese momento porque no estaba registrado en el sistema de salud, y no podía hacerlo de forma particular. Luego pasaron 2 años, comienzo a trabajar en Chilecito y me ofrecen hacer Epidemiologia en Buenos Aires, así que pude entrar. El interés por la epidemiologia llegó por un compañero, e hice la residencia, que era multidisciplinaria, trabajando con psicólogos y otros profesionales de la Salud de diferentes lugares. Durante la residencia nos mandaban a diversos lugares del país, como Entre Ríos, Tucumán, etc. Conocimos todo el Norte del país, la frontera con Bolivia, nos enviaban a donde hubiese alguna Epidemia o algún brote.
Luego regresé a la capital de La Rioja y comencé a trabajar como jefe de vacunas, desde 2006 a 2011 y en 2011 me ofrecen trabajar a cargo de Epidemiología en el Ministerio de Salud. El interés por la Investigación se despertó a través de ello. La Epidemiología es un tipo de investigación aplicada, no sólo buscamos un conocimiento teórico, sino que produzca un impacto práctico en la salud y en la resolución de epidemias. Busca resolver problemas puntuales, como brotes por alimentos, o de dengue, es muy operativo, y en la medida que uno va aplicando ese tipo de estudio, uno va deseando aprender más.

El Dr. Barceló nos decía que no debíamos dejar de hacer docencia e investigación, junto a la asistencia médica, siempre esos tres pilares: asistencia, docencia e investigación, para desarrollarnos y crecer.

Con la docencia uno aprende constantemente, estudiando para enseñar, y aprendiendo de los alumnos; en la investigación, buscando datos, aprendiendo algo nuevo. Los datos nos dan otro panorama acerca de la realidad, porque la teoría nos enseña mucho, pero los datos de un lugar específico nos enseñan acerca de la realidad en la que estamos inmersos, no sólo con datos de otros lugares, y eso permite tomar decisiones y hacer gestiones específicas en el campo.
  • ¿Cuáles fueron las decisiones más importantes tomadas en relación a su carrera que cree que lo condujeron a su situación profesional actual?

El hacer ambas especialidades fueron esas decisiones importantes, ambas son compatibles y una nutre a la otra. Creo que también los lugares de trabajo: la Dirección de Epidemiologia es un lugar tan estratégico. Por ejemplo, en la pandemia, desde el primer momento tuve que pararme frente a las autoridades de la provincia y liderar a los equipos de salud, respecto a la situación epidemiológica. Ya veníamos liderando todas las epidemias que surgían, pero la pandemia de COVID 19 superó todo lo antes pasado. Nos tocó liderar una problemática que no tiene comparación en ningún rubro, y todo el equipo de salud estaba esperando las directivas para saber qué hacer. Aunque hoy bajó mucho la tensión al respecto, todavía estamos atentos a ello. Eso te obliga a tener una preparación muy grande, porque en pequeñas cosas se puede cometer un error. Allí uno resume toda la preparación de su vida, no sólo la académica en la Facultad, sino la familiar, todo eso se resume en el segundo que uno debe tomar una decisión importante; y si no hay una buena formación y no se corrigen a tiempo los errores, en esos escenarios se pueden cometer grandes errores. Por suerte, creo, en lo que hace a las decisiones, se pudo afrontar todo; a pesar de que en ese momento todos los días eran iguales, sea un lunes o jueves, por la cantidad de trabajo y lo que teníamos. También me toco enfermarme de COVID, pero más allá de eso creo que pudimos atravesar la situación porque teníamos muy buena preparación. Y casi un 70% de la gente que trabaja en el equipo éramos compañeros de la Facultad, en la mesa de discusión, con atención primaria, terapia intensiva. Ese equipo de personas articuló de una manera excelente, porque nos conocíamos desde jóvenes, así que era como fácil el trabajo, a pesar del cansancio.
 
  • ¿Cómo fue que comenzó a interesarse en el área de investigación?
En investigación me toco presentar un estudio de un brote, que hicimos en Santa fe por “difteria” con la residencia de Epidemiologia, ese estudio lo presentamos en el Congreso Internacional de Epidemiologia de Campo, y ganó entre 15 trabajos presentados en Argentina. La difteria es una enfermedad bacteriana que produce anginas y afectaciones cardiacas, si bien esta erradicada en el país, porque es inmune prevenible a través de vacunas, en algunos lugares del mundo existe, donde no hay calendario de vacunación obligatorio, como Estados Unidos, Europa del este, África. Nosotros detectamos un caso de una persona mayor que tenía casi 80 años, a partir de ello se estudia un brote en el lugar y se hacen las acciones de control. Este estudio resultó de interés para el Ministerio de Salud que financió el trabajo de campo. Luego Thepinet, que es una ONG que agrupa todas las sociedades de epidemiologia de campo del mundo, financió la publicación. Ellos hacen congresos anuales y bianuales en América, Europa, Asia y África, y en el 2010 tuve la oportunidad de ser seleccionado para presentar este estudio en Sudáfrica. Allí había personas de todo el mundo, en un auditorio de entre 300 y 400 personas. En ese congreso se expusieron estudios de Canadá, sobre un brote de sarampión; de África sobre un brote de paperas; de India otro diferente, y nosotros de Argentina sobre difteria. La presentación de ese trabajo fue importante por la experiencia vivida.
Luego trabajamos en un proyecto de cooperación del Ministerio de Salud de la Nación con Bolivia que se llamaba “Árbol 3” que era una investigación de frontera. Posteriormente investigamos dengue, los primeros brotes de dengue en el norte y luego en Formosa. Luego estuvimos trabajando con un brote de paludismo en Iguazú, generalmente son brotes lo que se estudia. Luego hicimos un trabajo de hidatidosis, en el que fuimos con un grupo de residentes al instituto de Santiago del Estero, y eso fue presentado en una revista científica hace poco tiempo. Además, hicimos estudios salas de situación y todo lo relacionado a salud pública, vacunas, entre otros.
Siempre trabajamos de manera articulada con distintos Ministerios de salud de las provincias. Tuve la oportunidad de ser par evaluador internacional del PAI de vacunas, en Santiago del Estero, en 2013. El año pasado hicimos un trabajo de COVID en las escuelas, para evaluar transmisibilidad, en convenio con Organización Panamericana de la Salud (OPS) e íbamos a los colegios secundarios a evaluar transmisibilidad en el marco del regreso a clase.
Luego de la Facultad Barceló, recibí una beca para un estudio de cero prevalencias de Chagas que se va a continuar hasta cerrarlo con la Dra. Marita Diaz Ariza.
Investigación se aprende haciendo, no se debe de tenerle miedo. Cuando vemos Epidemiología tratamos de desmitificar la investigación, que no pasa por ser o tener un talento académico, sino ser curioso. Un investigador se diferencia por su capacidad de observación, curiosidad, percepción, lo demás se va aprendiendo. Nunca aprenderemos ni sabremos todo, pero con las herramientas básicas e investigando, vamos aprendiendo y eso es lo que les transmitimos a los alumnos.
En la cursada se hicieron varios trabajos interesantes y que se pueden continuar. La Facultad de Medicina de la Fundación Barceló también está bastante interesada en investigación y es bueno que las instituciones generen conocimiento.
 
  • Recordando sus primeros años el ejercicio de la profesión, ¿Qué le podrías recomendar a los recientes graduados?
Fortalecer el compromiso en lo que uno hace, más allá de lo que uno elija en su carrera es importante el compromiso, hacerlo con pasión y respeto.  porque se ve y se nota mucho cuando hay compromiso, se percibe y se nota. Luego estar atento a la evolución de la Medicina. En el tiempo que llevo de graduado, en los primaverales 20 años de graduados hay una velocidad tremenda de cómo cambia la medicina, la relación médico-paciente, el acceso a la información, las tecnologías; cuando estudiábamos no había celulares, recién iniciaba el correo, ese proceso nosotros lo vivenciamos y uno debe tener capacidad de adaptación porque seguramente ellos vivirán más cambios todavía, por eso deben tener la capacidad de adaptarse, tener la cabeza bien abierta, ver lo que pasa en otros lugares, el COVID nos enseñó que estamos globalizados y que lo que sucede en otro lugar nos afecta. ya no es raro hablar de los problemas que pasan en otros lugares, estamos insertos en un entorno global, y debemos tener la mente abierta para captar las innovaciones que se den en cualquier lado, y nosotros también tener capacidad de innovación y de generar nuevas soluciones, y por supuesto adaptación; por ejemplo, en la época que me recibí los pacientes no tenían celular, el medico sabia más que el paciente, ahora los pacientes pueden llegar a saber más que vos, y eso está bien, solo que cambio la relación y nos obliga a prepararnos más, a adaptarnos,   es otro escenario y requiere estar muy bien preparados.
 
  • ¿Recuerda alguna anécdota en la Facultad, o algún docente en particular que te haya marcado?
Creo que uno solo sería injusto, todos, aunque uno se va olvidando, son 20 años. Recuerdo casi todos, ahora que me haces desempolvar los recuerdos, recuerdo al Dr. Manuel Díaz de Anatomía que falleció, que tenía sus modismos y sus muletillas en las clases, el Dr. Eduardo Kremenchutski, el Dr. Héctor Pezzi que nos dio la primera charla de Bioquímica, el Dr. Jorge Barriola, y su esposa, la Dra. Mónica Dib en Bioquímica, luego el Dr. Carlos Feldstein en interna II que nos preparaban para la realidad. Nos prepararon bien y muy personalizado. También recuerdo al Dr. Carlos Alanís, y el Dr. Ianai Kaen, que no sólo te enseñaban, sino que eran con quienes podías sentarte a tomar un café y hablar de ciencia, y eso te inspiraba a amar la Medicina y la ciencia.

Muchas gracias Dr. Bazan por contarnos acerca de su gran trayectoria, es un placer para nosotros contar con su participación!