“Que veinte años no es nada…” dice el tango, y nosotros miramos hacia atrás con emoción y orgullo.
En 2005 egresaba la primera promoción de Licenciados en Kinesiología y Fisiatría formados en nuestra sede de La Rioja. Fue un momento bisagra: no solo se graduaban los primeros estudiantes de una carrera nueva en la provincia, sino que nacía un compromiso con la salud, la docencia y la formación de calidad que perdura hasta hoy.
El Lic. Martín Brizuela fue uno de aquellos primeros kinesiólogos quien, dos décadas después, vuelve a nuestra casa de estudios como parte del equipo docente. Porque, como dicen, uno siempre vuelve a donde fue feliz.
En esta breve entrevista nos comparte sus recuerdos, sus reflexiones, y un consejo para quienes hoy inician este camino.
¿Qué recuerdos le vienen a la mente sobre sus inicios como estudiante de Kinesiología en La Rioja?
Cuando pienso en esos primeros años me invade una mezcla de nostalgia, gratitud y alegría. Recuerdo haber vivido ese comienzo con mucha ansiedad, esperanza y expectativa. Era un nuevo camino, y todo estaba por descubrirse para nosotros: qué era realmente la Kinesiología, en qué consistía. Fue una etapa muy movilizante para todos los compañeros de aquella época. Muchos veníamos de otras provincias, lo que nos permitió conocernos, compartir experiencias y hablar sobre lo que esperábamos de la carrera y del futuro. Todos teníamos la misma motivación: formarnos y llegar a ser kinesiólogos. Había una energía muy especial, un entusiasmo que nos impulsaba.
¿Cómo vivió el desafío de estudiar una carrera que recién se abría en la provincia?
El inicio de la carrera fue algo revolucionario. Antes, lo más cercano para estudiar era Córdoba, lo cual era una posibilidad limitada para muchos. Que se abriera la carrera en La Rioja significó una gran oportunidad. Para mí y mis compañeros, sobre todo los que venían de zonas cercanas como Catamarca, San Juan o Salta, fue clave poder formarnos en un lugar con una idiosincrasia similar. Estudiar en Barceló nos abrió muchas puertas. Pudimos adquirir las bases de la Kinesiología y adaptarlas a las realidades de nuestros lugares de origen. En mi caso, descubrí que me interesaba el área de la Kinefilaxia, materia que hoy tengo el privilegio de enseñar. Más adelante también encontré en la docencia un camino fundamental, al igual que el trabajo en la salud pública. Todo eso se fue dando naturalmente, gracias a lo que la profesión misma me ofreció.
¿Qué le diría hoy a un estudiante que llega por primera vez a esta facultad pensando en su futuro?
Les diría que comiencen este camino con una visión de futuro, pero también con una mirada positiva del presente. Que comprendan que el recorrido es tan importante como la meta. Van a encontrar obstáculos, claro, pero también oportunidades para crecer, aprender y disfrutar, sobre todo si lo transitan con alegría, con compromiso y con compañerismo. Que aprovechen al máximo todo lo que la facultad les ofrece: el conocimiento de los docentes, el intercambio con sus compañeros, las prácticas en el campo. Y, sobre todo, que no se olviden de pensarse no solo como futuros profesionales, sino como personas que van a impactar en la vida de otras personas. Ese enfoque humano es fundamental, no hay que perderlo nunca.
Celebramos estos 20 años de historia agradeciendo a quienes confiaron, soñaron y crecieron con nosotros. Y especialmente a quienes, como el Lic. Brizuela, hoy siguen formando parte de este proyecto que no deja de avanzar.
Porque cada generación que egresa deja huella. Y porque veinte años después, seguimos caminando juntos.