Institucional

El liderazgo como forma de cuidar la salud

26/08 | Todas las sedes


En el Día de la Sanidad, conversamos con la Dra. Viviana Pérez, graduada en Medicina en el año 2000 en la sede La Rioja de Fundación Barceló. Tras una extensa trayectoria y un firme compromiso con la salud pública, hoy dirige el Hospital de la Madre y el Niño en la capital riojana, institución de referencia en la provincia y clave en la atención de tercer nivel.
“Liderar un hospital no es solo una cuestión de gestión, es también una forma de cuidar y garantizar el derecho a la salud”, afirma la Dra. Pérez, con la convicción de quien entiende que la medicina también se ejerce desde la organización.

¿Cómo vivís el desafío de liderar una institución de salud pública en tiempos complejos?
Liderar una institución de salud en los tiempos que transcurrimos, complejos desde lo social, lo económico, lo institucional, lo emotivo y lo laboral, es sobre todo muy laborioso y de una gran responsabilidad. No se descansa nunca. La ventaja que tenemos en el Hospital de la Madre y el Niño es que contamos con un equipo de conducción muy sólido, con diferentes perfiles que atienden las distintas áreas: lo asistencial, la administración, la gestión de servicios de apoyo, recursos humanos, entre otros. Trabajamos de manera escalonada en todos los niveles jerárquicos, con una línea de conducción clara que prioriza a todos, pero que siempre pone en el centro, como debe ser, a los pacientes.

¿Qué valores de tu formación como médica en Fundación Barceló te acompañan hoy en este rol?
Me acompañan la lealtad y el respeto a la palabra dada: a mis superiores, a mis compañeros y, por supuesto, a los pacientes. También el compañerismo, que nació hace 25 años cuando me recibí, porque muchos de los colegas que estudiaron conmigo hoy son parte de este camino, y compartimos decisiones y responsabilidades en la conducción del hospital.

Desde tu lugar, ¿cómo se construye salud más allá de la atención médica?
Nuestro hospital es de tercer nivel y muchas veces nos toca restituir la salud de personas que llegan enfermas. Pero desde hace tres años desarrollamos, con el apoyo del gobierno provincial, un programa de control y prevención pediátrica en todos los Departamentos de la provincia, el primero de este tipo que logra sostenerse en el tiempo. También acompañamos al Hospital Herrera Motta de Chilecito en la organización de servicios de tocoginecología, neonatología y pediatría.
Además, abrimos las puertas a estudiantes de carreras de la UNLaR, como ingeniería, y del colegio universitario, para que realicen prácticas en nuestras áreas administrativas. Son experiencias que no son estrictamente de salud, pero que impactan en la comunidad.
Otro ejemplo es el trabajo articulado con instituciones: desde la Fundación Hospitalaria, con quienes gestionamos donaciones de equipos para otros centros de salud, hasta OPS y el Hospital Garrahan, con quienes desarrollamos personajes que hoy forman parte de nuestros espacios pediátricos, ayudando a que los niños atraviesen con menos miedo su paso por áreas como vacunatorio, laboratorio o neonatología.

¿Qué te inspira o motiva a seguir en este camino?
Creo que teniendo la posibilidad y el apoyo —sobre todo del gobierno de la provincia— y habiendo conformado un equipo tan sólido, es casi una obligación llevar ayuda, alivio y acompañamiento a quienes no pueden llegar hasta nosotros. Y a quienes sí llegan, mostrarles que seguimos desafiándonos cada día para que la salud sea accesible y de calidad. Todo el personal del Hospital de la Madre y el Niño trabaja para eso.

La trayectoria de la Dra. Viviana Pérez refleja cómo la medicina trasciende la práctica clínica y se convierte también en un compromiso de gestión, liderazgo y cuidado de la comunidad. Su historia recuerda que detrás de cada decisión institucional hay un objetivo mayor: garantizar el derecho a la salud con calidad y cercanía para todos.